Desde los campos de investigación de la Psicología, la Medicina y la Neurociencia, se ha establecido con absoluta certeza que la capacidad de aprendizaje del ser humano es ilimitada, y que esta no depende exclusivamente de factores genéticos o innatos, sino de una interacción compleja entre estas estructuras con las que nacemos y las experiencias que tenemos, especialmente, en los primeros años de vida. La interacción entre las bases genéticas y las experiencias ambientales es un factor primordial en nuestro desarrollo general y en la forma como aprendemos. Hoy sabemos que el cerebro humano tiene una plasticidad y capacidad de asimilación superior durante los primeros 3 a 5 años de vida – condición que inicia a decrecer después de esta edad. Con base en esta disposición neuronal particular se establecen periodos críticos de aprendizaje, también denominados “ventanas de oportunidad”, durante los cuales el impacto de factores ambientales será dramático y específico dentro del desarrollo del niño.
En la tabla que se muestra a continuación se pueden observar las diferentes áreas de desarrollo, y el periodo de tiempo durante el cual la estimulación de estas áreas obtiene los mejores resultados.
LAS VENTANAS DE OPORTUNIDAD
Periodo Prenatal | Nacimiento | 1 año | 2 años | 3 años | 4 años | 5 años | 6 años | |||||||||
Desarrollo motor | ||||||||||||||||
Control emocional | ||||||||||||||||
Visión | ||||||||||||||||
Apego social | ||||||||||||||||
Vocabulario | ||||||||||||||||
Aprendizaje de una segunda lengua | ||||||||||||||||
Matemáticas – Lógica | ||||||||||||||||
Música | ||||||||||||||||
Fuente: Rethinking the Brain. Families and Work Institute, Washington, junio 1996
Se puede ver que el mejor momento para aprender una segunda lengua, por ejemplo, es durante los primeros 6 años de vida. Durante estos primeros años, los niños están “programados” para aprender a hablar en cualquier idioma que el entorno utilice para comunicarse con ellos. Este proceso de adquisición del lenguaje tiene lugar a partir de unas estructuras cognitivas básicas, innatas, y se lleva a cabo a una velocidad mayor que en cualquier otro momento de la vida.
Por otro lado, la estimulación de la visión debe darse en el primer año de vida para que esta se desarrolle plenamente. Esto se logra suministrando al bebé un entorno rico en colores, formas y movimientos, de manera que desde su nacimiento se refuerce el uso de la vista en la comunicación con su entorno. La carencia del estímulo visual apropiado podría retrasar el desarrollo de la visión, e incluso atrofiarla.
Si Usted desea fomentar en su niño o niña la aptitud para la música, es importante que la música forme parte de su entorno diario, pero es a partir de los 2 años que las áreas del cerebro encargadas de procesar y coordinar la percepción y discriminación auditiva se encuentran en la etapa ideal para el aprendizaje de un instrumento, por ejemplo. Esta etapa idónea para la estimulación de las habilidades musicales culmina, aproximadamente, a los 6 años. Esto no quiere decir que después de esta edad no podrá convertirse aun en un músico talentoso, pero el aprendizaje requerirá de mayor esfuerzo, y será más lento.
La estimulación adecuada y oportuna de las diferentes áreas de desarrollo tiene como objetivo aprovechar esta capacidad de aprendizaje y adaptabilidad del cerebro, para fomentar y potenciar el desarrollo intelectual, emocional, físico y sensorial del niño durante sus primeros 3 años de vida, proporcionándole estímulos que favorecen el desarrollo de las áreas neuronales de interés. Esta estimulación incide dramáticamente en la manera en la que el niño se relacionará con su entorno en el futuro, específicamente, con las experiencias de aprendizaje que de éste se derivan.
Como padre o madre, Usted puede seguir algunas recomendaciones muy sencillas que no requieren de una inversión material importante, ni tampoco de mucho tiempo, pero que tendrán un impacto importante en el desarrollo de sus hijos si se siguen de manera constante:
1. Hable con su hijo desde el primer día de vida. Léale cuentos, cántele... Procure siempre que sus miradas estén a la misma altura, y acompañe sus palabras de gestos y expresiones faciales.
2. Juegue con su hijo! La mejor manera en la que un niño aprende es jugando, y el juego debe ocupar la mayor parte de su tiempo.
3. Un niño no necesita juguetes costosos, ni herramientas sofisticadas… una caja, un trapo, una cuerda o una bola son objetos maravillosos para un niño que está descubriendo el mundo. Los objetos más simples despiertan su curiosidad y activan su imaginación, fomentando así habilidades intelectuales de nivel superior.
4. Utilice rimas, canciones y coplas para acompañar movimientos que Usted desea enseñarle. Sonido y movimiento son agentes de aprendizaje muy poderosos…
5. Permítale a su hijo moverse libremente, tocar y saborear las cosas que están a su alrededor, siempre en un entorno seguro y libre de riesgos, donde se le posibilite el desarrollo de la autonomía. Diferentes experiencias sensoriales estimulan el desarrollo cognitivo y ayudan a construir estructuras mentales que servirán de base para futuras situaciones de aprendizaje.
La estimulación temprana no debe entenderse como un método para acelerar el desarrollo del niño y convertirlos en pequeños “genios”, sino como una oportunidad para ayudar a nuestros hijos a descubrirse a sí mismos y su entorno de una forma natural. La estimulación debe ser una experiencia positiva, basada en el amor y el respeto, por lo tanto nunca debe forzarse a un niño a realizar determinada actividad, ni debe presionárselo para que logre cierta meta. La estimulación temprana es acompañar a su hijo en el proceso de aprendizaje, ayudando a que este sea eficaz, y tenga lugar en el momento oportuno.
Que lindo está tu blog, felicidades y gracias por compartir esta información tan valiosa
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